EL PEÑOL ENTRE EL DOLOR Y LA ESPERANZA
El
artista se debe a su lugar de trabajo, todo el entorno inspira; el paisaje, las
gentes, los hechos, la historia y los procesos culturales motivan, y más,
cuando el artista ha logrado estatus y reconocimiento en la comunidad, sus
creaciones son admiradas, interpretadas y consideradas como patrimonio. Influye
además, ese ambiente familiar que rodea al artista, el contacto directo con la
colectividad para juntos crear mundos ideales que se convierten en mensajes
cotidianos. El artista interviene con sus sensibilidad a tomar acciones y
directrices importantes en cultura, identidad y patrimonio; anuncia, denuncia,
exalta, promueve, motiva, enseña y comparte. Poco a poco, la comunidad
convierte al artista en alguien útil y necesario; retribuir tantos
asentimientos es también misión del artista, quien se ve comprometido a
compartir sus experiencias y conocimientos a las nuevas generaciones, a todos
los integrantes sociales de manera altruista y sincera, a trabajar
denodadamente por hacer su labor representativa, con identidad; a convertirse
en embajador cultural de su terruño para exaltar las cualidades propias de la
comunidad.
Al
ser comisionado para ejecutar una obra homenaje para las víctimas del
conflicto, me hace sentir alagado, y a la vez comprometido para realizar una
producción magistral, dar al proyecto todo mi potencial y trabajar por una
causa, que además de significativa, va a ser trascendente en mi vida
profesional, va a cumplir los objetivos propuestos, va a aportar a la comunidad
víctima un poco de alivio corpóreo y espiritual, invitándolos a la recordación,
a la reflexión y a la toma de directrices enfocados a vivir sin apetencias de
conflicto, siempre anhelando la paz, enfocados al progreso, la convivencia y la
armonía entre el hombre y la naturaleza.
La
propuesta, después de algunas secciones de grupo, de escuchar los diferentes
sentires y de analizar las opiniones, define la creación de un políptico. Obras
individuales inspiradas en los hechos, no como una interpretación textual de
los factores del conflicto, si, obras que inviten, mediante su contemplación, a
la recordación, la reflexión, y al benignidad. Un políptico con la facilidad de
ser transportado y exhibido en otros espacios, inclusive en lugares donde el
arte no ha tenido presencia, donde su influencia motive y emocione. Implica
igualmente una apropiación de las víctimas, serán ellas las personas
comisionadas para interpretar sus sentires inspirados en las obras; todo
coordinado desde EL MUSEO HISTÓRICO DE EL PEÑOL nominado como su albacea. Obras
consideradas como patrimonio, donde toda la comunidad se sienta poseedora; donde,
a través del arte se muestre un aspecto del municipio tan cruento como real,
pero motivado con luz y color a la sensibilidad del hombre.
Pintar
es un gran reto para el artista, un don que implica bastos conocimientos en
técnica y composición. Al frente, inmaculado de cualquier pincelada o trazo, se
encuentra dispuesto a recibir color el lienzo a intervenir; como un papel en
blanco para el escritor, como el diagrama sin notas musicales para un
intérprete, como un cielo diáfano sin impertinentes nubes; así se muestra el
área para el artista. Generalmente el lienzo está dispuesto y pintado de
blanco, el artista llama a su musa;
dependiendo de las intenciones conceptuales, esa área se reduce al
espacio que adquiere grafía en la mente y en el espíritu del artista; donde la
pintura se hace realidad como quimera ideal; las figuras adquieren el
movimiento deseado, la composición ofrece la lectura perfecta, los elementos se
disponen en su orden y la luz ilumina las formas estableciendo contraste,
texturas y profundidades de campo. En mi caso, particularmente, prefiero
bocetar en lápices, tintas y acuarelas el trabajo previo para su estudio, en
muchos casos requiero de varios intentos, cuando creo que he logrado lo
deseado, me enfrento al lienzo con la seguridad de los óptimos resultados.
Políptico “El Pueblo
Fenix” Carlos Osorio. 2014. http://www.museohistoricoelpenol.com/
Procedo
entonces a realizar los bocetos previos, trabajos que son sometidos a
comedimiento por los aludidos al tema, y se define la producción de 17 obras,
ejecutadas al óleo sobre lienzo, con diferentes formatos con el fin de poder
realizar exposiciones dinámicas y siempre diferentes.
El
concepto políptico viene del griego polu- “muchos” mas ptyché- “Doblar”, razón
por la que las obras en políptico implicaban antiguamente estar unidas
desplegándose para su exhibición. Es un término de la historiografía del arte
para designar a una pintura dividida en múltiples secciones o paneles. El
número de paneles determina su nominación específica: “Díptico” corresponde a
dos paneles; “Tríptico”, tres paneles, y en otras denominaciones “Quadríptico”,
“Pentáptico”, “Hexáptico”, “Heptático”; “Pentaptico”, “Hexáptico”,. Etc. Las obras deben tener una relación que las
una, puede ser por tema, por técnica o por concepto: argumento propio de la
obra y del artista.
Habitualmente
el políptico se compone partiendo de un panel central, una obra que por sus
cualidades se denomina protagonista y que contiene el concepto general o parta
de ella la lectura. A su lado, o secuencialmente, están los paneles laterales
que implican el apoyo o continuidad de la obra hasta una lectura completa. Por
estas cualidades se puede presentar en forma total o parcial, distribuirse en
diferentes espacios, copar una galería de arte, una plazoleta, un sitio
adecuado. Buscando siempre ser armónica con el espacio y que ofrezca la lectura
deseada. Pero al fin, la obra debe estar siempre dispuesta y exhibida en un
sitio determinado reconocido como “SALÓN DE LA MEMORIA”.
El
concepto de artista difiere al concepto de espectador, precisamente porque al
momento de su creación el artista usa sus apreciaciones propias, su metodología
constructiva y precisa un fin propuesto. El espectador interpreta la obra según
sus apreciaciones personales, conocimientos artísticos y la involucración con
el tema. Se adquiere de esta manera, las múltiples lecturas que puedan tener
una obra de arte; que sumadas deben coincidir con el concepto general. Las
observaciones objetivas y subjetivas aportan interés a la obra, la que
paulatinamente se va involucrando a la vida cotidiana y la comunidad empieza a
sentir cierta apropiación patrimonial con ella; en ese momento, la obra
adquiere importancia y valor; y el artista considera su misión cumplida.
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