lunes, 2 de marzo de 2015


EL PEÑOL ENTRE EL DOLOR Y LA ESPERANZA

El artista se debe a su lugar de trabajo, todo el entorno inspira; el paisaje, las gentes, los hechos, la historia y los procesos culturales motivan, y más, cuando el artista ha logrado estatus y reconocimiento en la comunidad, sus creaciones son admiradas, interpretadas y consideradas como patrimonio. Influye además, ese ambiente familiar que rodea al artista, el contacto directo con la colectividad para juntos crear mundos ideales que se convierten en mensajes cotidianos. El artista interviene con sus sensibilidad a tomar acciones y directrices importantes en cultura, identidad y patrimonio; anuncia, denuncia, exalta, promueve, motiva, enseña y comparte. Poco a poco, la comunidad convierte al artista en alguien útil y necesario; retribuir tantos asentimientos es también misión del artista, quien se ve comprometido a compartir sus experiencias y conocimientos a las nuevas generaciones, a todos los integrantes sociales de manera altruista y sincera, a trabajar denodadamente por hacer su labor representativa, con identidad; a convertirse en embajador cultural de su terruño para exaltar las cualidades propias de la comunidad.


Al ser comisionado para ejecutar una obra homenaje para las víctimas del conflicto, me hace sentir alagado, y a la vez comprometido para realizar una producción magistral, dar al proyecto todo mi potencial y trabajar por una causa, que además de significativa, va a ser trascendente en mi vida profesional, va a cumplir los objetivos propuestos, va a aportar a la comunidad víctima un poco de alivio corpóreo y espiritual, invitándolos a la recordación, a la reflexión y a la toma de directrices enfocados a vivir sin apetencias de conflicto, siempre anhelando la paz, enfocados al progreso, la convivencia y la armonía entre el hombre y la naturaleza.

La propuesta, después de algunas secciones de grupo, de escuchar los diferentes sentires y de analizar las opiniones, define la creación de un políptico. Obras individuales inspiradas en los hechos, no como una interpretación textual de los factores del conflicto, si, obras que inviten, mediante su contemplación, a la recordación, la reflexión, y al benignidad. Un políptico con la facilidad de ser transportado y exhibido en otros espacios, inclusive en lugares donde el arte no ha tenido presencia, donde su influencia motive y emocione. Implica igualmente una apropiación de las víctimas, serán ellas las personas comisionadas para interpretar sus sentires inspirados en las obras; todo coordinado desde EL MUSEO HISTÓRICO DE EL PEÑOL nominado como su albacea. Obras consideradas como patrimonio, donde toda la comunidad se sienta poseedora; donde, a través del arte se muestre un aspecto del municipio tan cruento como real, pero motivado con luz y color a la sensibilidad del hombre.

Pintar es un gran reto para el artista, un don que implica bastos conocimientos en técnica y composición. Al frente, inmaculado de cualquier pincelada o trazo, se encuentra dispuesto a recibir color el lienzo a intervenir; como un papel en blanco para el escritor, como el diagrama sin notas musicales para un intérprete, como un cielo diáfano sin impertinentes nubes; así se muestra el área para el artista. Generalmente el lienzo está dispuesto y pintado de blanco, el artista llama a su musa;  dependiendo de las intenciones conceptuales, esa área se reduce al espacio que adquiere grafía en la mente y en el espíritu del artista; donde la pintura se hace realidad como quimera ideal; las figuras adquieren el movimiento deseado, la composición ofrece la lectura perfecta, los elementos se disponen en su orden y la luz ilumina las formas estableciendo contraste, texturas y profundidades de campo. En mi caso, particularmente, prefiero bocetar en lápices, tintas y acuarelas el trabajo previo para su estudio, en muchos casos requiero de varios intentos, cuando creo que he logrado lo deseado, me enfrento al lienzo con la seguridad de los óptimos resultados.




Políptico “El Pueblo Fenix”  Carlos Osorio. 2014.   http://www.museohistoricoelpenol.com/

Procedo entonces a realizar los bocetos previos, trabajos que son sometidos a comedimiento por los aludidos al tema, y se define la producción de 17 obras, ejecutadas al óleo sobre lienzo, con diferentes formatos con el fin de poder realizar exposiciones dinámicas y siempre diferentes.

El concepto políptico viene del griego polu- “muchos” mas ptyché- “Doblar”, razón por la que las obras en políptico implicaban antiguamente estar unidas desplegándose para su exhibición. Es un término de la historiografía del arte para designar a una pintura dividida en múltiples secciones o paneles. El número de paneles determina su nominación específica: “Díptico” corresponde a dos paneles; “Tríptico”, tres paneles, y en otras denominaciones “Quadríptico”, “Pentáptico”, “Hexáptico”, “Heptático”; “Pentaptico”, “Hexáptico”,. Etc.  Las obras deben tener una relación que las una, puede ser por tema, por técnica o por concepto: argumento propio de la obra y del artista.

Habitualmente el políptico se compone partiendo de un panel central, una obra que por sus cualidades se denomina protagonista y que contiene el concepto general o parta de ella la lectura. A su lado, o secuencialmente, están los paneles laterales que implican el apoyo o continuidad de la obra hasta una lectura completa. Por estas cualidades se puede presentar en forma total o parcial, distribuirse en diferentes espacios, copar una galería de arte, una plazoleta, un sitio adecuado. Buscando siempre ser armónica con el espacio y que ofrezca la lectura deseada. Pero al fin, la obra debe estar siempre dispuesta y exhibida en un sitio determinado reconocido como “SALÓN DE LA MEMORIA”.

El concepto de artista difiere al concepto de espectador, precisamente porque al momento de su creación el artista usa sus apreciaciones propias, su metodología constructiva y precisa un fin propuesto. El espectador interpreta la obra según sus apreciaciones personales, conocimientos artísticos y la involucración con el tema. Se adquiere de esta manera, las múltiples lecturas que puedan tener una obra de arte; que sumadas deben coincidir con el concepto general. Las observaciones objetivas y subjetivas aportan interés a la obra, la que paulatinamente se va involucrando a la vida cotidiana y la comunidad empieza a sentir cierta apropiación patrimonial con ella; en ese momento, la obra adquiere importancia y valor; y el artista considera su misión cumplida.

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