martes, 2 de agosto de 2011

LUCIAN FREUD



figurativos más originales y poderosos de la época contemporánea, falleció en su domicilio de Londres. Su obra se caracterizó por interpretar de una manera peculiar la pintura realista, con especial brillantez al abordar la figura humana, fundamentalmente desnuda y haciendo siempre valer su turbadora densidad carnal.
Nació en Berlín el año 1922, en el seno de una familia de origen austriaco (nieto de Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis). Se instaló en Londres en 1932, huyendo de la barbarie nacional socialista, y su presumible plan implacable de exterminio judío. Adquirió la nueva nacionalidad en la temprana fecha de 1939. Estudió en la Central School of Art y en el Goldsmiths' College, antes de iniciar su carrera artística a comienzos de 1940. Su primera exposición colectiva se produjo en 1944. El estilo de estos primeros años tenía fuerte influencia de pintores de la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) alemana, como Otto Dix y Georg Grosz, aunque sus influencias se remontan al expresionismo austriaco, de Egon Schiele, y a los maestros flamencos y alemanes, como Alberto Durero. Y a veces se aventuró en el surrealismo.
La maduración del estilo de Lucian Freud y el comienzo de su proyección pública se produjo a partir de 1951. Desde entonces, habiéndose librado de esas primeras influencias artísticas continentales, se centró en una peculiar interpretación de la pintura realista, conectada en parte con el precedente británico de Stanley Spencer, pero también dejándose contagiar por el morboso sentido físico, carnal y existencial del primer Francis Bacon, con el que mantuvo siempre una relación dialéctica y artística muy vivaz. Su obra le motivó a dejar los retratos lineales y pasó a un estilo de retrato más áspero.
Freud se negaba rotundamente a seguir las tendencias de moda en el arte, e insistía en utilizar su estilo realista incluso cuando no era favorecido por los críticos y los coleccionistas. Pintaba desnudos de viejos, de mujeres guapas, de mujeres obesas, de mujeres embarazadas, de algunos amigos e incluso de sí mismo. Pero lo hacía con poca sensualidad o belleza, pues no omitía las imperfecciones anatómicas. Llevaba al límite a sus modelos. Eran sesiones agotadoras, día tras día. Sus rostros muestran fatiga, angustia, aletargamiento.
La juventud de Freud fue la del clásico 'angry young man': mucho alcohol, broncas, juegos de azar, relaciones sentimentales atormentadas y paternidades conflictivas, entre otras cosas. Con los años, el artista se volvió más hermético, aunque no por eso invisible. Freud fue un viejo guapo, encantador, con halo misterioso y coqueto. Hasta el final, se le vio rodeado de mujeres hermosas y más jóvenes que él, como la modelo Kate Moss, a quien retrató desnuda. Aventuras como esa le pusieron muchas veces en el punto de mira de la prensa sensacionalista.






Manolo Pérez

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