lunes, 22 de abril de 2013


Arte y camino

Cuando se es testigo de los pasos que da un gran hombre, se siente orgullo por la oportunidad brindada. Cuando se es llamado a dar testimonio de su acción heroica, más significativa se hace la existencia. Alvaro Idárraga Alzate, amigo sin igual, caminante, viandante, errabundo en las arterias del camino, escrutador de la piel del mundo.  Guerrero triunfante que ondea ordalías en las cimas para descender altivo por las cuestas, laureado en los valles, admirado en las estancias…



La naturaleza le abre el paso al caminante mostrando sus maravillas, monte espeso esmeralda, manto de bosque refugio y vida que se escurre en cristalinos manantiales venidos del boscaje para mitigar la sed de restar caminos. Hojas secas arremolinadas para tapizar senderos con la intención de recibir las emanaciones salubres de los caminantes, tapetes mullidos para que pase el héroe, espigas de nardos y líquenes que se abrazan para rendirle pleitesía.



Álvaro le habla al camino en versículos sonoros, poéticos;  mientras lanzo mis inspiraciones a los montes andinos, obligando al musculo, incitando al arrojo, siguiéndolo a él en su aventura, invitándolo a escuchar con sus manos abiertas al sol, el viento aflautado, la hojarasca en coro y el ave. Mientras al blanco maculo del papel se le impregna forma, textura, luz y sombra.
Sigo los pasos imaginarios del errante tras el perfume de su musa, interpreto en líneas sus hazañas, arte y camino, inspirados con sudor y pigmento sepia en soportes de pergamino. El papel se vuelve rio, montaña y caminante, lenguaje gráfico que se funde en las letras que Álvaro ha escrito.


Arte fino detrás del peregrino, así como lo hizo Sancho con su morral de impertinencias, escudero para cubrir la espalda porque el pecho lo puso el caminante, arte inspirado en andaduras, jornadas que busca un momento para descansar el cuerpo y para que trabaje el lápiz, mientras que el escribano registra los hechos del camino, mientras el artista se inspira en lo que la naturaleza muestra, apuntes de viaje, registros sempiternos, evidencias en dibujos  para ver y letras sacadas del camino para leer.

El camino llama y los cuerpos cansados se impulsan para continuar respirando sensibilidad, se siente la inspiración, viene la sudoración, se imprimen las huellas, la piel se dora al sol, rocas vivas que convergen al camino en tertulias líticas que guardan silencio cuando el caminante pasa, bosques que descubren sus entrañas y las muestran al sol, flores que se abren en aromas hipnóticos, tapias agonizantes carentes de sus techos protectores devolviéndole a la tierra sus pertenencias. Todo un mundo en el camino digno de dibujar y de escribir.

Y aquí está el compendio que las vivencias “Andaduras de un caminante” tiene, fruto de pasos proveídos por los caminos que se resisten al olvido, arte y letras unidos para que este propósito se logre,  y para que sea este el medio para ser recorrido. 

No hay comentarios: